CARMINA, tradición para no tradicionales
2 minutos de lecturaCarmina – Siglo XIX una antigua casa de viajeros donde se sirven los mejores platos calientes a dos pesetas para gente de paso de todo el mundo que recalaba en Barcelona solo para seguir su camino, quizás rumbo a las Américas desde el puerto de la ciudad.
Ese es el espíritu que ahora se encarna en Carmina, un lugar donde la cocina tradicional catalana traída casi inalterada a nuestros días se funde con un ambiente moderno y único.
Heredando el espacio del histórico y muy estimado Senyor Parellada, Carmina ha querido ser muy respetuoso con el legado que esto implica y ha creado una propuesta de “cuina de fonda reconfortante para gente joven (de espíritu) que busca comer bien en un ambiente animado. Porque la alegría de alargar las sobremesas con copas y música es otro – y no menor – de los atractivos de Carmina. Escudella y cócteles irresistibles con sesiones de DJ.
¿Qué más se puede pedir? Carmina está llamado a convertirse en lugar de peregrinación para locales y, de nuevo, viajeros que aprecian la cocina de cuchara de la tradición catalana elaborada con un producto de proximidad y todo el xup xup y cariño necesario. El chef ejecutivo de la casa, Josep Maria Massó, ha elaborado una propuesta que trae la cocina de siempre a las generaciones de hoy en dí con platos actualizados tan cercanos como el Fricandó con ceps, el Suquet de pescado de roca, el Arroz de montaña a la cazuela o las Alcachofas con Romesco. Además de los mediodías
y las noches, Carmina ofrece opciones para todo el día, con una carta de esmorzars de forquilla
muy tradicional y un buffet de desayuno para todos los gustos
El espacio, que ha sido reformado por Quintana Partners, tiene casi tanto peso como la cocina en cuanto a tradición. Con la idea de revivir el resplandor de la mejor época de esta fonda catalana, el proyecto se ha construido alrededor del patio central acristalado, desbordado de plantas, cuyas pinturas originales han sido restauradas.
El espacio respira también el ambiente de una casa colonial cubana y los colores cálidos, rojizos y texturas de rattan evocan al Caribe con un toque cosmopolita. Una cocina clásica y abierta, en naranja, contribuye al bullicio de los comensales y deja adivinar las cocciones y los olores de la carta.
Arriba, una puerta oculta desvela el mejor bar speakeasy del barrio, donde las horas se alargan sin darse apenas cuenta.
Carmina da la bienvenida a los comensales y bebedores con una cálida y tenue luz, invitando a degustar los platos de toda la vida en una fonda revitalizada. La cocina de la abuela – o de la bisabuela animada con los mejores cócteles. Carmina va a ser mítica.